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David Steindl-Rast

Br. David envía sus saludos y sus reflexiones en torno al Día de Acción de Gracias. Una invitación a descubrir que aún las dificultades pueden ser “buenas porque son compartidas”.

Queridos amigos,

Al celebrar un año más el Día de Acción de Gracias, quisiera enviarles un obsequio: unas líneas escritas por mi admirada amiga Mary Agnes Zalkens.

“Me levanto cada mañana para encontrarme con una procesión de portadores de buenos deseos.
Buenos, aún cuando sean difíciles;
buenos, por ser motivadores si me pongo a la altura de las circunstancias;
buenos, porque son compartidos”.

Encuentro útil leer este breve recordatorio cada mañana. Me ayuda a comenzar el nuevo día con confianza, aún cuando sé que mucho de lo que voy a encotrar seguramente serán malas noticias.

Cada día encuentro nuevas pruebas de que aún las malas noticias pueden ser “inspiradoras”, que pueden elevar mi vitalidad a un nivel superior si acepto el desafío que ellas presentan a mi imaginación, mi creatividad y mi ánimo.

Pero, ¿qué significa que nuestras dificultades son “buenas porque son compartidas”? Nosotros, la familia humana, hemos llegado a un punto en el cual los desafíos que enfrentamos sólo se pueden superar si todos trabajamos juntos. Diariamente, las malas noticias hacen de esta realidad algo obvio, y eso es bueno. Bueno, porque requiere cooperación. Si acepto ese desafío en mi vida diaria, contribuyo a superar las divisiones que existen en el mundo.

Aquí, una vez más, el dicho resulta válido: “Piensa globalmente, actúa localmente”. Podemos estudiar y enfrentar los grandes desafíos, siendo el mayor de ellos la división, la separación de nuestro auténtico ser, de unos con otros, y del Centro que nos mantiene unidos. Podemos comenzar por no decir nada que nos divida, haciendo todo lo que podamos para superar las divisiones cada vez que las enfrentemos.

Espero que la celebracion del Día de Acción de Gracias este año sea primero y ante todo una ocasión para sanar relaciones. Nuestro mundo lo necesita. Los saludo haciendo pompas de jabón y pensando en ustedes con mucho cariño,

Hermano David