Compartimos la charla titulada “La gratitud en la era digital”, brindada por Br. David en el marco de la Conferencia Anual Wisdom 2.0 de 2014, cuya temática fue “Sabiduría, Conciencia y Compasión”. Nos invita a detenernos para obtener sabiduría, mirar para tomar conciencia, y responder con compasión.
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En primer lugar, voy a hablar de la gratitud. Es fácil hablar de ella, ya que todos sabemos lo que se siente cuando uno está agradecido. Podemos preguntarnos cuándo se da este sentimiento de gratitud. Se da cuando algo que es valioso para nosotros se nos da como un regalo gratuito. Tienen que darse dos cosas: que sea algo valioso para nosotros, y que se nos dé gratuitamente. Si es algo que no tiene valor, no nos sentimos agradecidos; igualmente, si tenemos que trabajar o pagar para obtenerlo, tampoco nos sentimos agradecidos. Pero cuando es un regalo gratuito y valioso, la gratitud brota en nuestros corazones. Y este es un sentimiento de felicidad, de una gran felicidad.
Ya sabemos lo que entendemos por gratitud, y ahora damos un paso más: reconocemos, nos damos cuenta de que cada momento es el regalo más valioso. Cada momento es el regalo más valioso; de hecho, es el más valioso de todos, ya que si no tuviéramos este momento presente, no podríamos hacer nada, no podríamos tener nada. El presente lo contiene todo, y es un don totalmente gratuito. No hay forma de que podamos hacer aparecer el siguiente momento, es un don gratuito. Cuando vemos estas dos cosas, nos damos cuenta de que si tenemos una actitud por la que podamos estar plenamente presentes a cada momento, estaríamos llenos de felicidad, ya que la conciencia del momento presente como un regalo hace brotar la gratitud en el corazón, y hace brotar la felicidad que la gratitud trae consigo.
Así, la gratitud es la clave de la felicidad. No digo alegría sino felicidad, ya que la felicidad es el tipo de alegría que no depende de lo que sucede. Y esa es la verdadera felicidad que deseamos. Incluso en medio de las dificultades, podemos estar agradecidos por la oportunidad que este momento nos ofrece. Si ponemos esto en práctica, a cada momento podemos experimentar, mediante la gratitud, la plena felicidad de vivir, la plenitud de vida que implica la espiritualidad. Espiritualidad significa plenitud de vida en todos los aspectos.
¿Cómo lo logramos? Para esto tenemos que seguir un pequeño método, que es muy simple: detenernos, mirar y responder. Es lo que les enseñamos a los niños para que aprendan a cruzar la calle. Detenernos, porque de otra forma nos perderíamos la oportunidad del momento; mirar dónde está la oportunidad, y hacer algo con esa oportunidad. “Oportunidad” es la clave de una vida agradecida. Podemos preguntarnos, ¿podemos estar agradecidos por todo? Mi respuesta es no, no podemos estar agradecidos por todo, pero sí podemos estar agradecidos en todo momento. Todos podemos pensar muchas cosas por las cuales no podemos sentirnos agradecidos ni deberíamos agradecer: violencia, opresión, explotación; y en nuestra vida personal, infidelidades, mentiras… No podemos estar agradecidos por estas cosas, pero en el momento en que nos enfrentamos a algo por lo que no podemos estar agradecidos, podemos agradecer la oportunidad de hacer algo al respecto. Puede ser la oportunidad de aprender algo, de crecer, de oponernos y protestar contra ello, de servir a otros… Estas son las oportunidades que se nos ofrecen cuando nos enfrentamos a algo por lo cual no podemos estar agradecidos.
La atención plena es generalmente bien vista. Sin embargo, puede transformarse en una especie de “mirarnos a nosotros mismos”. La verdadera atención plena es interactiva, y la gratitud es atención plena interactiva.
Una de las grandes oportunidades que se nos ofrecen aquí y ahora en esta conferencia es pensar en el momento histórico actual. Se trata de un momento único, y podemos pensar en él bajo los tres aspectos de sabiduría, conciencia y compasión, que son los conceptos clave que fueron apareciendo una y otra vez. La sabiduría depende del detenernos, y así es como está conectada con la gratitud. La sabiduría no es una colección de consejos sabios o algo por el estilo. La sabiduría es una cualidad de la mente. Una cualidad de la mente en contraposición con “conocimiento”. Sabiduría y conocimiento. Ambos son buenos, ambos son muy importantes. Sin embargo, el conocimiento es adquirido por la mente “atrapando” cosas. Si a algo lo podemos “captar” con la mente, lo conocemos. En cambio, la sabiduría es adquirida cuando dejamos que aquello con lo que nos enfrentamos nos “atrape” a nosotros. Cuando algo nos atrapa, nos hace sabios. Esta es la gran diferencia entre los dos.
En nuestros días hay un gran peligro en esta “mente automática”, que quiere atrapar y atrapar, más y más y más. Por esto tenemos que practicar este detenernos y dejar que la vida haga algo con nosotros. La gratitud es una atención plena interactiva. Tuve la oportunidad de hablar acerca de esto con el Dalai Lama, y él coincide en que en la actualidad la atención plena (mindfulness) está de moda, y es generalmente bien vista. Sin embargo, puede transformarse en una especie de “mirarnos a nosotros mismos”. La verdadera atención plena es interactiva, y la gratitud es atención plena interactiva. Esta atención plena interactiva nos dará sabiduría, ya que hace que la vida, y toda la plenitud de vida que se nos da a cada momento, nos atrape.
La mente no es generalmente bien vista, y sin embargo es algo maravilloso y absolutamente necesario. ¿Qué haríamos si no tuviéramos mente? Seríamos como pollitos sin cabeza. La mente es maravillosa, pero no es la mente que atrapa cosas lo que queremos, sino una mente con corazón. No queremos una mente automática; muchas veces nuestra mente está en modo automático, funcionando automáticamente. El detenernos corta este automatismo de la mente y la hace una mente con corazón. El corazón no es lo opuesto a la mente; el corazón significa la persona en su totalidad: intelecto, voluntad, emociones, cuerpo, mente, todo junto. Queremos una mente con corazón, que es lo que nos dará sabiduría, ya que es apertura a la vida, apertura a las sorpresas de la vida, que es siempre sorprendente.
Una vez que estamos abiertos a la vida, se da la conciencia, podemos mirar. Mirar corresponde a la conciencia. Miramos todo lo que hay aquí, y vemos que la era digital tiene sus aspectos positivos y sus aspectos negativos. Necesitamos hacer algo para enfatizar y fortalecer los aspectos positivos, a nivel mundial. Conciencia es darnos cuenta de los graves problemas que tenemos a nivel mundial y de la manera de resolverlos.
Una forma de resolverlos es con una mente compasiva. Esa es la respuesta. No con una mente automática, sino con una mente compasiva. Compasión significa “sufrir juntos” (com-pasión), darnos cuenta de que nuestro sufrimiento es parte del sufrimiento de todo el mundo. Cuando miramos a alguien, nos damos cuenta de que todos sufrimos. Pero compasión significa también “pasión compartida”, una visión de un mundo mejor. Esto es lo que queremos significar cuando hablamos de compasión: un mundo en el que nos detenemos y obtenemos sabiduría, miramos y tomamos conciencia, y gracias a esto actuamos con una mente amorosa, una mente con corazón, una mente que dice “sí, nos pertenecemos mutuamente”, que es la esencia del amor. Sí, nos pertenecemos: esto es el amor.
Para concluir esta breve reflexión juntos, sugiero que concluyamos con un pequeño ritual. Los rituales son muy importantes, y lo serán más en el mundo que esperamos y que queremos hacer realidad. Primero les sugiero que cierren los ojos y se detengan. Ahora, abran sus ojos y miren a izquierda y derecha; miren a quienes tienen a izquierda y derecha, que representan a todas las personas del mundo. La persona que estás mirando en este momento representa a todas las personas del mundo. Ahora, tómense de las manos, ya que la compasión significa una pasión compartida, estar juntos. Al tomarse de las manos quédense en silencio. Pueden volver a cerrar los ojos y tomen conciencia, comprométanse a algo que haga que la vida obre a través de ustedes. Sören dice hermosamente: “deja que la vida obre a través tuyo”. Pensemos en algo bien específico: puede ser sólo una sonrisa, una propina para los empleados del hotel (muchos se olvidan de dejarles propina), o puede ser también algo realmente grande: cambiar por completo tu compañía y hacerla parecida a un proyecto solidario. Piensen en algo concreto y comprométanse a hacerlo. Gracias.
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